6.- NUESTRA ESTRATEGIA DE DESARROLLO RURAL

                                      NUESTRA ESTRATEGIA DE DESARROLLO RURAL

1. Antecedentes

1.1. Entorno Eco-geográfico

Bolivia es un país de 1.098.581 kilómetros cuadrados, el altiplano representa el 19%, los valles mesotérmicos el 22% y las llanuras tropicales el 59%, es un país megadiverso y ocupa el décimo lugar en el mundo en Biodiversidad.

Los resultados del censo 2012 indican que contamos con una población de 10.027.254 habitantes en el país (CNPV 2012); de los cuales 6.751.305 (67,3%) viven en áreas urbanas y el restante 3.275.949 (32,7%) en área rurales, según área de residencia. Comparando con 2001(CNPV 2001) la población urbana nacional, en 2012, tuvo un aumento de un millón 586 mil habitantes, equivalente a un incremento de 4,9 puntos porcentuales.

Los departamentos con mayor población urbana son Santa Cruz con 81,2% del total de su población, Beni con 72,1%, Cochabamba con 68,2%, La Paz con 66,5%, Tarija con 65,2% y Oruro con 64,0%. Los departamentos que tienen mayor población en áreas rurales son Potosí con 59,4%, Pando con 52,6% y Chuquisaca con 52,2%.

La superficie cultivada en Bolivia alcanzó las 3,1 millones de hectáreas en 2012(1) Los productos con mayor cantidad de hectáreas son: la soya (1,1 millones de hectáreas), el maíz en grano (0,4 millones de hectáreas), el girasol (0,2 millones de hectáreas) y el sorgo (0,2 millones de hectáreas); todos ellos en el departamento de Santa Cruz.

En Bolivia, la mayor parte de la superficie agrícola temporal en el país es a secano(2), lo que la hace altamente dependiente de las condiciones atmosféricas, hecho que repercute en la gran vulnerabilidad que tiene la agricultura temporal a la variabilidad climática, y eventos meteorológicos extremos.

La superficie Nacional con potencial agrícola llegaría a 4,5 millones de hectáreas (3); esto implica que en el país existirían 8,9 millones de hectáreas como superficie total para el desarrollo de actividades agrícolas (8,1% del total del territorio nacional).

La producción de alimentos no es suficiente para compensar la demanda actual de alimentos de la población boliviana (crecimiento demográfico superior al 4.2% anual, incremento en sus niveles de ingreso e incremento del precio de los principales productos de la canasta básica). La producción crece por debajo de la tasa demográfica de la población (4).

En cuanto a la tecnificación de la producción nacional, aún es difícil encontrar una línea clara de demarcación entre agricultura tradicional de subsistencia, producción agroindustrial comercial y producción ganadera a pequeña escala y gran escala.

El año 2012, el Ministerio de Desarrollo Sostenible – Viceministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente, ha categorizó los sistemas de Producción por Actores productivos:
  • Agricultores Indígenas
  •  Agricultores Yungueños
  •  Agricultores Cruceños y Chaqueños
  •  Colonizadores Japoneses
  •  Colonizadores Alto-Andinos
  • Colonos Menonitas
  •  Agro-industriales
  •  Ganaderos Intensivos
  • Ganaderos Extensivos
1.2. Zonas Agro-productivas de Bolivia



































a) El altiplano

El Altiplano Boliviano está dividido en tres zonas agro productivas: Altiplano Norte con 19,875.58 has, Altiplano central con 73,399.77 has y Altiplano Sur con 89,085.02 has1, en estas regiones el potencial productivo es limitado, debido principalmente a la baja fertilidad de suelo, sumado a las limitantes climáticas: sequias heladas y granizadas. La tenencia de tierra es de 1,5has por familia, 46% de esta superficie sería dedicada a cebada o forrajes; 33% a papa; 3% a haba; 2% a quinua2 y 16% a otros. Si bien la sucesión hereditaria deviene en la subdivisión de la tierra, la asignación de la tierra es negociada por los herederos hasta reconstruir unidades relativamente manejables que permitan el desarrollo de los cultivos. De esta manera, se ha demostrado que la disponibilidad promedio se mantuvo en 1,5 has por familia en las últimas tres décadas, siendo la migración la variable de ajuste entre tierra y mano de obra.

La economía familiar agropecuaria es mixta, pero la tierra se destina cada vez más a producir forrajes, y la ganadería lechera está desplazando al cultivo de la papa, principalmente en el altiplano norte3. Por otro lado, el altiplano central destina el 40,5% de la superficie al cultivo de forrajes y la mayor proporción de tierras es apta para el pastoreo extensivo de ganado. La dedicación exclusiva a la actividad agrícola y ganadera está alrededor del 17% y 5% de las familias, respectivamente (31% tierras agrícolas; 17% tierras dedicadas a la ganadería y; 47% tierras de uso combinado).

b) Los valles
 
De acuerdo a la clasificación de las grandes regiones agroproductivas4 la región de los Valles incluye a tres regiones que reflejan las diferentes comunidades vegetales: Cabeceras de Valles (3.000 - 3.400 Msnm), Valles Templados (2.500 - 3.000 Msnm), Valles Mesotérmicos (1.500 - 2.500 Msnm).
Los valles cerrados son de clima seco y frío, cuenta con menor frecuencia de heladas permitiendo cierta flexibilidad para el manejo de cultivos anuales. La rotación predominante de cultivos incluye papa y cereales menores. Muchas cabeceras de valle con mayor disponibilidad de agua permiten la multiplicación ventajosa de semilla de papa. En otras regiones, se produce hortalizas entre las que se destaca el cultivo del ajo con alternativas igualmente promisorias para exportación. La posibilidad de incorporar el cultivo de haba en las rotaciones permitirá igualmente aprovechar variedades de grano grande (habilla) con excelente mercado para la exportación.

Los valles templados irrigados y densamente poblados producen cultivos de alto valor, tales como maíz para choclo, leguminosas de grano, frutales y leche, bajo condiciones de alta intensificación.
Los valles mesotérmicos ocupan regiones intermedias de la cordillera andina orientadas a la zona de “sombra de lluvia”, al lado opuesto de los sectores húmedos que interceptan grandes cantidades de humedad (bosques húmedos montañosos). El maíz es el cultivo principal en las áreas altas, mientras que en las irrigadas se cultivan productos de mayor valor como la cebolla, maní, frijol, hortalizas, además de leche y derivados. En el departamento de Santa Cruz los valles mesotérmicos incluyen regiones hasta de 1.000 msnm, donde se cultiva papa, caña de azúcar, hortalizas, especialmente tomate y frutales de climas mediterráneos y subtropicales, cuya comercialización se beneficia por la proximidad al gran mercado de Santa Cruz y la existencia de caminos carreteros estables y asfaltados. Áreas extensas en esta zona han sido clasificadas como protegidas y/o no aptas para uso agropecuario debido a su fragilidad.

En los valles de Bolivia se ha construido un tipo de sistema de tenencia de la tierra mixto, individual y colectivo, en el cual las parcelas individuales son consideradas parte del territorio comunal y, como tal, las organizaciones comunales tienen injerencia en muchos casos sobre las decisiones familiares. Las tierras de uso comunal están por lo general destinadas al pastoreo y, en algunas comunidades, a la agricultura para las familias que no poseen predios.

c) Las tierras bajas

En el departamento del Beni las actividades predominantes son la ganadería extensiva y la actividad forestal maderable. En la actualidad, indígenas y campesinos han constituido unidades dedicadas al desarrollo de sistemas agrícolas y ganaderos de pequeña escala, lo que les permite satisfacer sus necesidades de subsistencia complementando estas actividades con el empleo de peones para los ganaderos. Los principales cultivos son el arroz, maíz, yuca y plátano. La mayor parte de los primeros dos se destina al autoconsumo mientras que la mayor parte de los segundos se destina a la comercialización en los mercados locales y las estancias cercanas. Estos productos son muchas veces comercializados a precios por debajo de sus costos de producción. El cacao es otro producto que ha comenzado a expandirse, pero en gran parte orientado a la exportación.

La dinámica agropecuaria en el Departamento de Santa Cruz se encuentra fuertemente concentrada en el área integrada y en la zona de expansión. Existe una relación directa entre la construcción de infraestructura caminera, la dinámica económica y los movimientos poblacionales.

En relación a la tenencia de la tierra, por un lado existen grandes extensiones de tierra en manos de las haciendas ganaderas y, por el otro, comunidades indígenas con sistemas de tenencia comunitaria con una economía sustentada en la agricultura en pequeña escala (complementada con caza y pesca), además de extensas áreas de aprovechamiento forestal en concesión a empresas madereras y agrupaciones sociales del lugar, y áreas protegidas.

Los productores empresariales del departamento asientan sus actividades productivas – agrícolas, ganaderas y forestales – en una tendencia hacia la especialización de la producción, aprovechando las frágiles ventajas comparativas de los mercados nacionales e internacionales. Por otro lado, los pequeños productores sustentan su actividad económica a través de una tendencia a una mayor diversificación, combinando actividades agrícolas comerciales y de subsistencia con actividades ganaderas. En general, los productos tradicionales – arroz, yuca, plátano y maíz – se destinan al mercado interno. Sin embargo, existen productos como la minga y el café que los pequeños productores destinan al mercado internacional.

2. Consideraciones generales

2.1. El sector agropecuario en Bolivia.


Uno de las características generalizadas de la actividad agrícola son los bajos rendimientos productivos, principalmente en los primeros eslabones tanto de las cadenas exportadoras como de aquellas que abastecen el mercado interno. Los principales determinantes del bajo rendimiento están relacionados a la falta de sistemas de riego5, falta de tecnología

adecuada y un dominio de la pequeña propiedad (especialmente en altiplano, yungas y valles6).
En términos generales la evolución de la producción agropecuaria tiene un comportamiento similar al de la producción total de la economía pero con más volatilidad. Esto se debe a las características propias del sector que se constituyen en externalidades que tienen impactos en la mayoría de los casos negativa sobre el producto total, tales como fenómenos climáticos (sequías, granizos, lluvia, etc.) y otro tipo de shocks como plagas, erosión, aglomeración de población en zonas con poca fertilidad, superficie de siembra con acceso a riego7, que influyen en las temporadas de cosecha.
Al interior del sector agrícola, la estructura entre producción primaria no industrial e industrial, pecuaria, coca y silvicultura, caza y pesca, ha cambiado marginalmente en el último quinquenio. Para el año 2010 la contribución de los productos agrícolas no industriales fue de 44.6%, mientras que los productos estructura entre producción primaria no industrial e industrial, pecuaria, coca y silvicultura, caza y pesca ha cambiado marginalmente en el último quinquenio.

2.2. Contribución de la agricultura boliviana a la economía

En Bolivia, en los últimos diez años la tasa de crecimiento del sector de la agricultura, ganadería y silvicultura fue de 3,1%, situándose por debajo del crecimiento promedio de los sectores de petróleo, gas (8,4%) y minería (6,2%) así como del PIB nacional (3,7%). Este comportamiento redundó en la disminución de la participación del sector de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca en el PIB, pasando de 15.4% en 1990 a 13.3% en el año 2009.La participación de la agricultura en el PIB desde el 2000 ha tenido una tendencia sostenida al descenso, no por su reducción del volumen o valor de su reducción, sino fundamentalmente por que otras actividades económicas tuvieron un mayor desarrollo que aquella, el siguiente cuadro, muestra la participación de las actividades económicas en el PIB a precios corrientes para el periodo 2000-2010.

Para el año 2010 la contribución de los productos agrícolas no industriales fue de 44.6%, mientras que los productos industriales contribuían al PIB sectorial en 15.8%. Los productos pecuarios aportan con el 31% y los cultivos de coca con el 1.1% del PIB sectorial. La silvicultura, caza y pesca tienen una contribución de solo 7.4%.

A pesar de la incidencia del sector en la economía, los indicadores macro sectoriales indican que el sector agropecuario prácticamente se encuentra en “statu quo” con una clara tendencia a contraerse a pesar de la bonanza de precios agrícolas en el mercado mundial, el aumento del ingreso de la población boliviana y la subida de precios de productos agropecuarios en el mercado nacional. En el año 2010, por ejemplo, el sector agrícola contribuyó con el 12.7%o del PIB nacional generando un valor de US$ 2,400 millones. El sector ampliado de la agricultura, contribuyo con US$ 4,600 millones.

2.3. Principales potencialidades y problemas
 
2.3.1. Potencialidades

- Bolivia tiene una potencial superficie cultivable de 10 millones de hectáreas.

- Se tiene una alta biodiversidad, que nos ubica entre los 10 países con mayor diversidad de especies animales y vegetales en el mundo, así como variedad de recursos estratégicos.

- Se cuenta con abundancia de recursos hídricos para riego suficiente.

- El país ha sido declarado libre de la fiebre aftosa.

- La producción agropecuaria es potencialmente orgánica.

- Se tiene variedad de pisos ecológicos y zonas climáticas.

- Las praderas, pastizales naturales y bofedales se encuentran en buen estado de conservación.
- Se tiene abundancia de recursos genéticos y endémicos.

- Se realiza la gestión del conocimiento tradicional.

- En el oriente del país se cuenta con alta inversión productiva.

2.3.2. Problemas

- La baja productividad que se manifiesta en los escasos rendimientos de los cultivos y de la fuerza de trabajo, es causada por: La pérdida de la capacidad productiva de la tierra, Las distorsiones en el acceso a la propiedad de la misma, El rezago tecnológico, La insuficiente calificación de la mano de obra.

- La erosión afecta al 25% de todo el territorio nacional y en los valles interandinos alcanza índices de entre el 70% y el 90%.

- La inversión pública en el sector agrícola, ha tenido históricamente niveles muy bajos (inferiores al 2% del PIB) en investigación, capacitación, extensión, educación rural e infraestructura física (riego y caminos).

Bolivia tiene la menor superficie cultivada bajo riego en el continente y las necesidades de riego para las regiones cuyo clima presenta un déficit hídrico de 6 meses al año, a esto se suma el insuficiente uso del agua, que provoca en muchos casos, el lavado de los suelos.

- En general, la infraestructura productiva para el agro en Bolivia es insuficiente y las obras que se construyen, en especial para el sector tradicional, son en general de pequeña envergadura y en muchos casos no se encuentran articulados con procesos productivos.

- Otro elemento a ser considerado que es la poca tierra fértil dentro del país está siendo afectada por un proceso de desertificación, se está practicando un uso muy intensivo de estas parcelas, por lo que la tierra ya no rinde como antes.

2.3. Justificación de los principales problemas
  •  Tenencia de la tierra
Si bien la Reforma Agraria busco satisfacer las demandas socioeconómicas de los campesinos de la región andina y de los valles del país, sentando las bases para el futuro desarrollo agrícola de las tierras bajas del oriente, de acuerdo a los datos del Censo Agropecuario de 1984, la situación de la distribución inequitativa de la tierra no ha cambiado sustancialmente.

En la región occidental en cambio la tradición de partición hereditaria real trajo consigo una parcelación cada vez mayor de las tierras. En los últimos 20 años los problemas de pobreza ligados al minifundio han aumentado notablemente, debido a los efectos del crecimiento de la población, la acelerada erosión y, la paulatina degradación de las superficies agrícolas a causa del sobreuso y el mal manejo de suelos (“Plan Bolivia Agropecuaria”, CAO).

La pequeña propiedad en el occidente (altiplano y valles) es inembargable e inajenable lo que implica que no puede constituirse como un activo (o garantía para un crédito) y simplemente los “propietarios” pueden hacer usufructo de la misma. De esta manera, a partir de herencias sucesivas, la tierra se va fraccionando hasta hacerse inviable.

Otro aspecto importante relacionado a la pequeña propiedad es la inexistencia de capital social para la producción. En general la producción es individual (a nivel de unidades productivas familiares) y, si es que existe algún tipo de asociatividad, ésta se da principalmente para la comercialización9. Adicionalmente la proporción de tierras comunitarias es reducida en relación a las tierras de “propiedad” y explotación individual.

Si bien las unidades productivas familiares comercializan10 su producción en el mercado11, el hecho de que no puedan alcanzar ni cantidades, ni calidades demandadas y que el mercado interno de alimentos esté básicamente orientado por el precio, determina que los bajos rendimientos deban ser compensados por un castigo en la retribución de la mano de obra; aspecto que genera y refuerza círculos viciosos de reproducción en las condiciones de pobreza y pobreza extrema. Finalmente, este comportamiento repercute en la diversificación del ingreso a partir de actividades no agropecuarias y altos índices de migración.

  • Producción y consumo
En un último estudio de la Fundación Tierra12 basado en seis casos de estudio, se pone en evidencia una tendencia a la especialización13 de la producción en áreas específicas del país, en respuesta a la demanda del mercado y la orientación agropecuaria a la generación de ingresos monetarios.

En este marco es importante considerar que, los productores agropecuarios, independientemente de su tamaño, buscan maximizar sus ingresos, y en esta búsqueda, la especialización y el monocultivo se presentan como alternativas viables. Estas estrategias parecen adoptarse sin mayores consideraciones de sostenibilidad ambiental, económica y social, es decir, la ganancia monetaria se sobrepone a una visión de agricultura sostenible. Es así que la especialización trae generalmente consigo el agotamiento de suelos, la deforestación, la presencia de organizaciones oligopólicas y una alta dependencia de los precios internacionales. Asimismo se ha podido evidenciar una dependencia creciente en el uso de insumos externos y agroquímicos que responde también a la emergencia de plagas vinculadas a los efectos climáticos adversos y a una demanda orientada a productos de mayor tamaño y menor precio.

Las zonas donde se produce para el autoconsumo se asocian más a situaciones de minifundio, ausencia de riego, escasez de tierra productivas, lejanía con los mercados y marginalidad; todo esto se traduce en una mayor vulnerabilidad en términos de acceso a alimentos. Por el contrario, allí donde la mayor parte de la producción está destinada al mercado, las familias tienen más ingresos y por lo tanto tienen posibilidades de acceder a alimentos más variados vía mercado, aunque no siempre de mejor calidad nutritiva.

De esta manera el mercado está determinando actualmente no únicamente los patrones de producción sino también los de consumo, orientando las dietas alimenticias hacia alimentos procesados como harinas, aceites, lácteos y enlatados.

  •   Acceso a los Alimentos
Los índices de pobreza, muestran a Bolivia como uno de los países más pobres de la Región. Entre 1999 y 2002, la tendencia de la incidencia de pobreza ha sido levemente ascendente (de 62,6% a 64,3%); sin embargo, en términos absolutos, dicho incremento representa alrededor de 609 mil nuevas personas pobres. Si bien la incidencia de pobreza extrema o indigencia, muestra fundamentalmente en el área rural, una tendencia descendente entre 1999 a 2002, es importante remarcar, que aún existe una diferencia de más del doble, entre la incidencia de pobreza extrema del área rural (55%) con relación al área urbana (25%), que revela la crítica situación de inseguridad alimentaria en la que se encuentra en forma persistente, más de la mitad de la población rural.

Por otra parte, el grado de concentración en la distribución del ingreso per cápita sobre el total de hogares, tiende a ser cada año más inequitativo, principalmente en la población urbana. Además, Bolivia muestra un bajo nivel de ingresos. El año 2001, el ingreso promedio nacional era de Bs. 1.743 por hogar al mes: en el área urbana el ingreso promedio alcanzaba a Bs. 2.381 por hogar al mes; en cambio los hogares rurales sólo obtenían en promedio Bs. 623 al mes. Finalmente, la estructura del gasto realizado por los hogares, difiere totalmente según su nivel de ingresos.
  •  Expansión de la frontera Agrícola.

Se estima que Bolivia cuenta con 7 millones de hectáreas aptas para la agricultura. Sin embargo, la precaria infraestructura caminera, la legislación agraria actual y la baja densidad demográfica en las zonas potenciales impiden la expansión de la frontera agrícola de acuerdo a las oportunidades del mercado. En la gestión 2008/2009, la superficie cultivada en Bolivia fue de 2.960.054 hectáreas, logrando incrementarse con respecto al año anterior en 6.3%. Al 2009 en Bolivia se cultivaban aproximadamente 2.5 millones de hectáreas, de las cuales 1.4 millones (56%) corresponden a los pequeños productores campesinos, indígenas y originarios del occidente y oriente del país, las que están destinadas a la producción de alimentos para el consumo de la población (cereales, frutas, tubérculos, y hortalizas) y 1.1 millones (44%) están destinadas a la producción de cultivos industriales empresariales (soya, algodón, sorgo y otros).

Para la gestión 2009/2010 se proyectaba pasar las 3.1 millones de hectáreas sembradas, pero solo se han cultivado 2.774.577 hectáreas. Sin duda alguna, la contracción de 185 mil hectáreas obedece a la incertidumbre económica que tienen los productores con respecto a la seguridad jurídica de las tierras persistencia de la aplicación de controles de exportación a los productos agroindustriales y puesta en práctica de mecanismos de franjas de precios a productos de exportación.

  •  Producción de alimentos en Bolivia
La tendencia principal en la producción de alimentos en Bolivia, en los últimos 15 años, tiene que ver con la reducción de superficies destinadas a cultivos orientados a la seguridad alimentaria, con relación al incremento de superficies y volúmenes de cultivos comerciales e industriales. La expansión de los cultivos de Santa Cruz incidió en el crecimiento de la frontera agrícola general del país, la misma que no dejó de crecer en la última década, llegando en la campaña 2008-2009 a 2.8 millones de ha, pero decayendo en 2009-2010 a 2.4 millones.

En la gestión 2009/2010 de acuerdo a las cifras registradas, el subsector que más aporta en términos de producción (medido en t) es el de caña de azúcar, seguido del de soya, maíz, papa y arroz. El 85% de la caña de azúcar y 100% de soya se produce en Santa Cruz. En cambio el maíz duro y papa se produce en casi todo el país con distintos rendimientos. En los últimos años el cultivo del arroz se ha extendido considerablemente, sobre todo en el departamento del Beni y La Paz a pesar de las constantes inundaciones registradas. El subsector de maíz ha sembrado cada vez más, pero las adversidades climatológicas concurrentes han impacto fuertemente la producción de maíz en los llanos, afectando la industria avícola y porcina del país de manera severa Asimismo, el banano se produce en plantaciones como en chacos individuales en todas las zonas tropicales, distinguiéndose la producción del Chapare que ha incursionado en la exportación hace varios años atrás. También merece destacarse la producción de girasol, sésamo, algodón, cebolla y quinua. Estos dos últimos productos se han expandido en el Altiplano boliviano de manera considerable, aunque la cebolla blanca muestra una producción menor al año precedente por adversidades climáticas.

La quinua, en cambio, cuenta con uno de los conglomerados agroindustriales más dinámicos del momento y una tasa de expansión de su superficie cultivada en 4.4% a pesar de la tendencia de precios internos registrados en el primer semestre del 2011.

  •  Disponibilidad de Alimentos
De acuerdo a estimaciones de la ONU, la población mundial pasaría desde los 6 mil millones de habitantes existentes en 1999 a 7 mil millones en el año 2030, lo que supondría una expansión demográfica de 1,3% anual. En este sentido, se proyecta una expansión de la demanda agrícola mundial al 1,8% anual, lo que se explicaría por el incremento demográfico y el aumento en los ingresos per cápita que se estima que se producirán en los países en desarrollo.

La oferta agrícola, por su parte, pasaría desde las tasas de crecimiento de los 2,1% anuales observadas durante la década del 90 a 1,8% en la primera década del nuevo milenio. Dicha tasa estaría determinada por aumentos en los rendimientos y, en menor medida, por la ampliación de la superficie cultivada y la disponibilidad de aguas para riego. La disponibilidad u oferta de alimentos, que depende del comportamiento de la producción agropecuaria nacional, ha ido perdiendo peso relativo dentro del producto nacional. Adicionalmente, como tendencia general se observa el incremento de la importancia de la agricultura comercial de mediana y gran escala, situada en el Oriente del país, en perjuicio de la pequeña producción campesina tanto para abastecer el mercado interno como para la exportación. En paralelo a la disminución de la importancia de la producción campesina, se observa la tendencia al incremento de la importación de productos alimenticios, de los que antes teníamos capacidad de autoabastecimiento, como, por ejemplo, frijoles, hortalizas, frutas, arroz, papas y productos lácteos.

Bolivia tiene un déficit de disponibilidad de alimentos de 12 millones de toneladas por año. Santa Cruz es un departamento estratégico para la disponibilidad de alimentos. Allí, la superficie cultivada en verano, que es la de mayor producción, bajó de 1.6 millones de hectáreas en 2009 a 1.1 millones en 2010. Las reducciones más importantes se produjeron en soya, maíz y arroz, que son precisamente algunos de los cultivos sujetos a las restricciones de exportación por parte de las políticas gubernamentales

Las elevadas pérdidas pre y post cosecha tienen un efecto directo sobre la disponibilidad de alimentos; los productos agrícolas con mayor aporte a la disponibilidad de alimentos nacional, en volumen y contenido energético, como el trigo, arroz, maíz, papa, yuca y plátano, son los que registran los porcentajes más elevados de pérdidas post cosecha, que oscilan entre 15% a 30%.
Por otra parte, la estabilidad de la disponibilidad de alimentos se ve afectada de manera cíclica por fenómenos naturales que inciden en la producción de alimentos. En las últimas 12 campañas agrícolas, se presentaron en Bolivia, cuatro períodos de sequía moderada (1991/92, 1997/98, 1999/00 y 2002/03), principalmente en las regiones del Chaco, Valles, Altiplano y en parte del período, en el trópico del Beni y Santa Cruz. Las pérdidas económicas ocasionadas al país por el fenómeno “El Niño” son cuantiosas: 137 millones de dólares en la campaña agrícola 1997/98 y 28 millones de dólares en la campaña 2002/03.

3. La propuesta estratégica

PE 1. SEGURIDAD JURIDICA TRANSPARENTE DE LA PROPIEDAD INDIVIDUAL Y COLECTIVA
El saneamiento de tierras y la titulación debe beneficiar a los indígenas, originarios y campesinos directamente, evitando que el INRA se convierta en un botín político, dirigencial y sindical, manejado por grupos que se dedican al tráfico y engorde de tierras.
Al propietario legítimo y legal hay que brindarle seguridad jurídica, para que nadie le quite o avasalle sus terrenos, bajo ningún pretexto, sin ningún proteccionismo o padrinazgo de parte de grupos o instituciones.

Darle Transparencia y Efectividad al Tribunal Agroambiental Plurinacional para que cumpla sus funciones óptimamente y con celeridad.

Política: Propiedad Rural Saneada

Línea Estratégica 1: Seguridad Jurídica y transparencia en el saneamiento. Saneamiento ágil y masivo, con la finalidad de velar que la tierra productiva cumpla la función económica y social Línea

Estratégica 2: Catastro agrario. Registro y mantenimiento de la información de las características físicas y legales del derecho propietario de la propiedad rural. Se constituye en un requisito para una adecuada administración de las tierras productivas.

Línea Estratégica 3: Tierras productivas para todos. Promoción de la distribución equitativa y justa de la tierra con fines productivos, democratizando el acceso a la tierra con la finalidad de resguardar la seguridad alimentaria del país.

PE 2: PRODUCCION EQUITATIVA Y COMPETITIVA, CON PLANIFICACIÓN, ACCESO AL CREDITO Y MEDIOS DE PRODUCCIÓN.

El apoyo al incremento en la producción debe darse a nivel de Concejo de Productores para apoyo de comunidades, pequeños productores, asociaciones de productores, cooperativas y otros, buscando la optimización en el uso de los recursos naturales, financieros y económicos (inversión público/privada) garantizando la competitividad en el mercado y la seguridad alimentaria en la población.

Política 1: Producción diversa, sana, competitiva, de calidad con oferta y demanda satisfecha.

Línea Estratégica 1: Infraestructura productiva eficiente y limpia. Equipamiento de infraestructura productiva adecuada al ámbito agro productivo.

Línea Estratégica 2: Consolidar la competitividad del sector agropecuario. Mejorar la calidad de los productos, con costos de producción eficientes.

Línea Estratégica 3: Alimentos sanos y seguros con certificación sanitaria (de origen e importados). Promover la producción de alimentos ecológicos y orgánicos.

Línea Estratégica 4: Protección, control y prevención de plagas y enfermedades agropecuarias y forestales. Manejo integral de plagas y enfermedades a través de planes integrales regionales y nacionales.

Línea Estratégica 5: Productos agropecuarios para exportación con Certificación internacional de sanidad y calidad (Marca País).

Política 2: Acceso a Mercados y Servicios Financieros para la diversificación productiva y complementariedad económica

Línea Estratégica 1: Democratización del Acceso a los Mercados y Servicios Financieros para la Producción (precios competitivos y tasas de interés justos). Promover la inversión privada y asociativa en todas sus escalas (pequeños, medianos, grandes productores, organizaciones productivas)

Línea Estratégica 2: Encadenamiento de los sectores productivos agropecuarios y otros a mercados competitivos. Establecimiento y regulación de las Cadenas de valor, enlazando al productor con el mercado a partir de relaciones comerciales de largo plazo.
Línea Estratégica 3: Generación e incentivos a actividades económico productivas alternas mitigando y disminuyendo los efectos climáticos adversos.

Política 3: Bolivia país Mega diverso con Bases productivas adecuadas y sostenibles

Línea Estratégica 1: Suelos sostenibles. Mediante el manejo integrado de cuencas, control de quema, deforestación, erosión, recuperación y rehabilitación.

Línea Estratégica 2: Protección ante la erosión genética. Especies nativas no patentadas y vulnerables a manipulación genética (Certificación de origen).

Línea Estratégica 3: Agua segura para Riego, Micro-Riego tecnificado y sistemas de captación de agua evitando la erosión del suelo.

PE 3. AVANCES TECNOLÓGICOS PARA EL AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD NACIONAL

Mejorar la productividad y los rendimientos productivos nacionales, a través de la promoción e incremento de inversiones en desarrollo y transferencia de tecnologías, uso de tecnología de punta, gestión de conocimientos ancestrales, formación y capacitación de recursos humanos con adecuada distribución de incentivos y proyectos.

Política: Innovación y Tecnología para una producción con calidad


Línea Estratégica 1: Rescate de tecnologías tradicionales. A partir de la revalorización de técnicas agrícolas como los camellones, sutikollos, sistemas de riego tradicional.

Línea Estratégica 2: Nichos tecnológicos. Promover el desarrollo de biotecnología, nanotecnología, genética y TIC´s orientados a la producción rural.

Línea Estratégica 3: Investigación y transferencia de tecnología productiva. Desarrollo de tecnología agropecuaria local, acceso a la capacitación y asistencia técnica especializada.

Línea Estratégica 4: Control, regulación y monitoreo de Organismos Genéticamente Modificados y Endémicos. Consolidación de Bancos de germoplasma nativo y control de transgénicos ya utilizados en el país. Con la finalidad de salvaguardar la biodiversidad alimentaria local y nacional.

Línea Estratégica 5: Consolidación de Bancos de germoplasma nativos, bajo resguardo comunal y local, con la finalidad de evitar la biopiratería.

Línea Estratégica 6: Establecimiento de Concejos de Productores para el apoyo y fortalecimiento a las organizaciones, asociaciones, cooperativas y todas las unidades productivas en la transformación de alimentos, con la finalidad de incrementar el valor agregado a la producción. Se priorizará la recuperación, revalorización de alimentos con valor nutricional comprobado y culturalmente adecuados.

PE 4. PROTECCIÓN E INCENTIVO DE LA PRODUCCIÓN EN EL MERCADO INTERNO


Garantizar la seguridad e inocuidad alimentaria, con precios justos para el mercado interno, protegiendo los medios productivos y la calidad de vida de los productores, salud y bienestar de la población del país, rehabilitando la infraestructura, mejorando la capacidad productiva, regulando y controlando las vulnerabilidades climáticas del sector agropecuario.

Política 1: Productos y alimentos diversos y seguros para la población boliviana

Línea Estratégica 1: Incentivo a la consolidación de Centralidades productivo-económicas: Norte, Sur, Oriente, Occidente y la generación de sus respectivos Consejos de Productores.

Línea Estratégica 2: Fortalecimiento a organizaciones económico-productivas, para satisfacer la demanda interna.

Línea estratégica 3: Mercado interno seguro y programas alimenticios establecidos (Desayuno y Almuerzo Escolar, Subsidio de Lactancia Universal, Alimentación complementaria adulto mayor - binomio madre niño, calidad nutricional)

Política 2: Productores indígena originario campesinos aportan a la seguridad alimentaria nacional.


Línea Estratégica 1: Diversificación productiva originaria, rotación de cultivos, sustitución y eliminación gradual de agroquímicos para restaurar la calidad del suelo.

Línea Estratégica 2: Acceso a crédito y oportunidades de productores locales.

Línea Estratégica 3: Manejo y control de la extracción de los recursos naturales con autogestión comunitaria (forestal y no maderable).

Línea Estratégica 4: Incentivo a la producción limpia y cadena de valor de productos orgánicos.