Este 1 de marzo de 2012, el Movimiento Sin Miedo cumple 13 años de intensa vida partidaria al servicio del país con ideales como la justicia y dignidad, pero también con resultados concretos que se los entregamos a nuestra comunidad desde el campo de la izquierda democrática: transformación a partir de la gestión pública y defensa inclaudicable de la democracia.
En 1999, un grupo de jóvenes izquierdistas, fundaron el Movimiento Sin Miedo “cabreados” de la partidocracia que nos había expropiado los valores fundamentales de la democracia reconquistada de las dictaduras militares a principios de los 80. La corrupción, ineficiencia, la improvisación y demagogia eran el común denominador de una democracia enferma que acudía al soberano cada cuatro o cinco años sólo para ejercicios electorales.
Nueve meses después de haber nacido, el Movimiento Sin Miedo logró el respaldo ciudadano para conducir la Alcaldía de La Paz, uno de los espacios públicos más desacreditados del país y que era el escenario del pasanaku de los partidos tradicionales. Fue la primera victoria de la izquierda frente a la partidocracia neoliberal y fue el inicio de la transformación, primero del Gobierno Municipal y luego de la ciudad sede de gobierno con un agresivo plan de saneamiento financiero, ético e institucional.
El Movimiento Sin Miedo tomó una decisión dura para su perspectiva nacional: generar los mayores resultados posibles en la gestión municipal de La Paz para demostrar al país que la izquierda puede manejar recursos públicos con transparencia y puede marcar etapas de transformación con esfuerzo, creatividad y compromiso de sus hombres y mujeres a una comunidad que esperaba mejorar sus condiciones de vida. Esa tarea está cumplida.
13 años después de su fundación, el Movimiento Sin Miedo se constituye en la nueva alternativa política desde la izquierda, pero esta vez frente al gobierno del MAS que está traicionando la confianza ciudadana y malogrando el proceso de cambio por sus actitudes autoritarias, la improvisación en la gestión y ejecución de la inversión pública, niveles lamentables de corrupción y sobre todo por la impostura en el discurso y la acción gubernamental.
Somos la segunda fuerza nacional y estamos construyendo la alternativa que le devuelva esperanza al pueblo boliviano en que sus condiciones de vida pueden mejorar.
No hay transformación sin democracia, pero tampoco existe democracia sin transformación. El Movimiento Sin Miedo lo sabe y se prepara para dar bienestar a todos los habitantes de nuestra patria. ¡Viva Bolivia!